Francisco Vega
La maledicencia
Ibn ‘Abbas, un compañero del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y comentarista del Corán, dijo que Allah nos prohibió la maledicencia de la misma forma que nos prohibió comer la carne de un hermano muerto. El canibalismo es algo por lo que la gente siente un desprecio y horror naturales, y deberíamos sentir lo mismo por la maledicencia de los unos contra los otros. El respeto implica cuidarnos el uno al otro, sin hacer carroña del prestigio ajeno como no lo haríamos de una persona muerta.
Ibn ‘Abbas, un compañero del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y comentarista del Corán, dijo que Allah nos prohibió la maledicencia de la misma forma que nos prohibió comer la carne de un hermano muerto. El canibalismo es algo por lo que la gente siente un desprecio y horror naturales, y deberíamos sentir lo mismo por la maledicencia de los unos contra los otros. El respeto implica cuidarnos el uno al otro, sin hacer carroña del prestigio ajeno como no lo haríamos de una persona muerta.
Algunas personas pueden pensar que la maledicencia son sólo palabras (sin peso) y se preguntan qué daño hacen. Las palabras ciertamente encierran un gran poder y tienen efectos de muy largo alcance difíciles de medir. Además de la obvia falta de respeto que implica la maledicencia (murmuración, infundio, chismorreo, habladuría, difamación, etc.), unas simples palabras pueden causar una gran ofensa y dolor al difamado, y conducir al difamador al fuego del Infierno. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) nos advirtió que un ignominioso destino aguarda a quienes se expresen sin respeto. Él dijo: “Un hombre puede decir una palabra sin pensar acerca de sus implicancias, pero a causa de ella él puede ser sumergido en el fuego del Infierno más profundamente que la distancia que hay entre el oriente y el occidente”.
Aisha Stacey.
Aisha Stacey.
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